Entrevista a Euskal Herriko Komunistak

EKINTZA GORRIA zine distribuye esta entrevista a EHK, nueva corriente comunista dentro de la izquierda abertzale.

– ¿Por qué y cómo nace EHK (Euskal Herriko Komunistak)?

Euskal Herriko Komunistak– EHK es la expresión política de muchos compañeros-as de la Izquierda Abertzale preocupados por la deriva socialdemocrata y la desideologización de sectores importantes de la I.A..
Entendimos que era necesario apuntalar el proyecto de liberación nacional y de clase mediante la utilización del analisis que el marxismo leninismo hace de la realidad y del sistema capitalista en su actual fase imperialista. Creímos necesario entonces, y ahora, no hipotecar tantos años de lucha y dedicación del MLNV y que podían ser tirados por la borda si se seguía el atajo del oportunismo, la claudicación ideológica y las componendas con el sistema. Es un peligro que siempre ha acechado a los procesos revolucionarios en una fase determinada y por ello no nos sorprendía. Pero convenía desenmascararlo y hacerle frente. Y en esas estamos.

– ¿Cuáles son vuestras coincidencias y diferencias con otras corrientes de Batasuna?

– EHK es un proyecto marxista leninista. Un foro de producción ideológica, de analisis de la realidad de Euskal Herria y de su natural lucha de clases. precísamente este elemento para nosotros es fundamental.
Creemos que mientras otras corrientes analizan la situación en claves de "abertzalismo", cuando no de puro nacionalismo, para nosotros no hay, no puede haber liberación de Pueblo que no pase por quebrar los intereses de la burguesía, por muy autóctona que sea, en favor de los intereses de las clases populares. Ese es el quid de la cuestión. No somos idealistas ni creemos que aquí hay un problema sólo (aunque también) de opresión nacional. Es más, creemos que no son precísamente los nacionalistas, en toda su extensión, quienes van a liderar el camino de libertad de Euskal Herria, porque sus intereses económicos están totalmente entrelazados con los del Estado que nos oprime y ese interes está muy por encima de veleidades independentistas. Otras corrientes, más aun: son un subproducto socialdemócrata sin más (caso Aralar). Con otras, sin embargo, podemos y debemos colaborar (Piztu, Arragoa). Por último, la corriente mayoritaria (Bategiñez) a nuestro juicio, contiene en su seno graves desviaciones y errores de concepto. No se trata de que vayamos por ahí de "puros" sino de que hay quien cree que arrumbando el contenido esencial del socialismo, va a obtener el apoyo entusiasta de la burguesía vasca en lo tocante a cuestión nacional. Se equivocan, No conseguirán así ni lo uno ni lo otro y llevarán a todo el movimiento al vacío político.

– ¿Cuál es vuestra posición sobre la lucha armada de ETA?

– ETA es una organización política que practica la lucha armada y lo viene haciendo desde hace 40 años. Quiere decirse que como tal organización ya es un "éxito" en el contexto político nacional y europeo. Su permanencia obedece a factores diversos: la necesidad que tiene cierto sector popular de organizarse en dicha lucha y el acierto político, con sus más y sus menos, de la organización, para hacer ver, sobre todo a la juventud, la necesidad de la lucha armada, como complementaria a las demás expresiones políticas de lucha. Es, por así decirlo, un frente más. Más que un factor del conflicto es una consecuencia, la demostración de que existe un déficit democrático para con el Pueblo vasco por parte de los estados español y frances. Su función, en este sentido, es la de contrarrestar y deslegitimar el monopolio de la violencia por parte de estos estados.
Nada en el mundo ha sido dado o cedido por la consideración o el desistimiento voluntario del opresor: ni antes ni ahora, ni en Irlanda o Palestina ni tampoco aquí, en Euskal Herria. La violencia política ha sido siempre un valladar y un referente imprescindible en determinadas fases de un proceso revolucionario. Ya el manifiesto comunista explicita esa necesidad, la de la toma del poder político mediante la violenta destrucción del sistema capitalista. Pero la violencia con mayusculas, la violencia sistematica, sorda o explícita, siempre estructural y muchas veces personal: torturas, asesinatos selectivos, cárcel, ahogo económico, condiciones de trabajo que provocan muertes y enfermedades, las guerras, la explotación de los pueblos y el envenenamiento del mismo planeta, el hambre y la malnutrición,… son signo y esencia del sistema capitalista, consustanciales a él. La violencia política de respuesta es la última ratio del pueblo y su ejercicio, mero contrapunto a aquella. Su existencia obedece a la oportunidad y al momento político. No es un fin en sí misma, no es buena ni mala: sólo es útil o inútil y en ocasiones imprescindible.
Véase el proceso palestino. Tras diez años de unos Acuerdos de Oslo que sólo escondían dejación ad calendas griegas, luego de una falsa paz sin contenido, el propio pueblo palestino se ve en la necesidad de recomenzar la intifada. ¿No hubieran debido ahorrar al Pueblo años de frustración por una mala entendida paz para llegar al punto inicial?.
La violencia política, por lo demás, no es un invento de ETA. El Pueblo vasco, a lo largo de su historia, según los momentos, la ha practicado, siempre en defensa de su identidad y su derecho como ser colectivo. Basta echar una mirada al proceloso siglo XIX (guerras carlistas) y al siglo XX (golpe fascista de 1936) por no ir más atras, para comprobar que el uso de la violencia política es una constante en un Pueblo que ha sido paulatinamente sometido y agredido.
ETA así pues, cumple el papel de la levadura en el pan: es el fermento de las ansias de libertad de un Pueblo. Señala la existencia de un conflicto político irresuelto. Es fiebre y no causa de la enfermedad.

– ¿Cómo analizáis la ruptura de la tregua y las diversas responsabilidades?

– El acuerdo de Lizarra-Garazi tiene una virtud esencial: señala el origen y naturaleza del conflicto y desde ahí apunta a la clave de su resolución. Esto es, enfoca correctamente la cuestión: en Euskal Herria existe un conflicto de caracter histórico y neta naturaleza política que descansa en la sistemática agresión de dos estados sobre una nación histórica y culturalmente diferenciada. La resolución al conflicto no puede ser otra que el reconocimiento del derecho del Pueblo vasco a decidir libremente su futuro político, sin interferencias ni cortapisas. Ese análisis, de puro sencillo acababa con años de confusionismo intencionado: demócratas versus violentos y majaderías por el estilo. El papel y el paso dado por la burguesía vasca PNV-EA mediante ese reconocimiento es de una importancia capital en orden a recomponer los bloques dominante y dominado.
Sin embargo, dicho acertado análisis, la presión efectuada por el Estado español sobre la parte más debil de dicha alianza, en terminos ideológicos, esto es, sobre el PNV-EA, amenazando, precísamente dónde más duele: los intereses de clase, hizo que dicho bloque nacionalista vasco diera la vuelta sobre sus pasos y se negara así mismo, como San Pedro al Señor.
No podían o no querían poner en peligro sus bastardos intereses económicos: concierto, haciendas forales, competencias transferidas y por transferir, funcionariado, etc. Es decir, se comportaron como cabía esperar: primum vivere, deinde filosofare.
El error de la dirección de la I.A. fue, precísamente, no comprender que "la pasta" para el PNV-EA es el aire que respira, como bien lo supo entender Madrid. Aquellos ingenuos dirigentes abertzales creían que aprobando los presupuestos en Gasteiz era suficiente para llevar al buey jeltzale por la senda de la confrontación con España. Son tales y tantos los intereses entremezclados de sus familias y michelines dirigentes que no cabía sino suponer la ciaboga política ante el vertigo de lo desconocido.
Ellos son los de más vale pajaro en mano.
En fin, lo cierto y verdad es que aquel acertado análisis sobre el conflicto efectuado en Lizarra sigue vigente. Urge, eso sí, llenarlo de contenido exhaustivo en contenidos, plazos, formas, etc., sabiendo que la sustitución de la confrontación armada por la confrontación política democratica, exige, más temprano que tarde, la superación e incumplimiento de la legalidad española vigente, en cualquiera de sus áreas. Esta es, a todas luces, la piedra angular a resolver: cómo confrontar con el estado sin atacar su legalidad: cómo hacer una tortilla sin romper huevos. No es posible.
También cabe suponer, en fin, que todo ello no fue sino una estrategia del PNV-EA para, como a la postre ha sucedido, minar a la I.A. por dentro (Batzarre, Aralar, Zutik) creando la ilusión para que quien la rompiera pagase los platos rotos: ETA y la I.A. en general.
Ciertamente ha conseguido desgajar a los sectores oportunistas y débiles ideológicamente pero ha debilitado, a que negarlo, la acumulación de fuerzas populares (vease resultados del 13-m). Es la centenaria estrategia jeltzale: nadar y guardar la ropa.

– ¿Cómo se ven los procesos de autodeterminación en la Europa de Maastrich?

– La Europa de Maastrich es la Europa de los mercaderes y las multinacionales.
Si alguien ha creído que se trataba de un proceso político de unión y respeto de los pueblos, es que se ha caído de un guindo. No existe más reconocimiento del derecho a la autodeterminación que no sea la implosión de paises socialistas o la anexión de potencias. La "autodeterminación" alemana era una concesión a la imperialista RFA y a sus intereses de expansión al Este. De haberse pretendido lo contrario, una unión alemana bajo el regimen socialista, jamás se hubiera permitido. Otros ejemplos: Txekia, Eslovenia, Lituania, etc., son vivo ejemplo de lo que hemos expresado más arriba. No hay Europa de los Pueblos y menos para aquellos pueblos que, legítimamente, elijan el socialismo como sistema de producción. De ahí que, ciertos dirigentes de la I.A., con una ingenuidad digna de mejor causa, traten de presentarse "en sociedad" abjurando del socialismo, con la creencia de que así serán admitidos al club de los estados nación. Al final, ni lo uno ni lo otro. Quien por falta de dignidad y de inteligencia enseña el culo en lugar de los dientes, obtiene lo que cabe esperar: que lo sodomicen.

– ¿Por qué socialismo hoy y aquí?

– Socialismo y liberación nacional en Euskal Herria son hoy día dos caras de la misma moneda. No habrá, no puede haber el uno sin el otro. Por eso quien pospone socialismo al reconocimiento del Estado vasco en el concierto internacional de naciones (Batasuna) o, al reves, afirma pretender un sistema socialista en el marco de un fascista Estado español (I.U-E.B), confunden y engañan al Pueblo. Pues no habrá ni socialismo ni Estado vasco. Quierase o no, tarde o temprano, la liberación o es completa o no es: no puede haber un embarazo parcial. Tarde o temprano aparece la revolución en el horizonte y la revolución no admite medias tintas.
Aunque algunos no lo crean, tarde o temprano deberán enfrentarse a su propia burguesía. No conozco una revolución que no sea, de un modo u otro, un conflicto civil armado. Precísamente porque, también tarde o temprano, la contradicción de clase toma su protagonismo. Esa es la hora de la verdad.

– ¿Fracasó el socialismo?

– El socialismo no es un producto acabado, sino un sistema en permanente construcción. No puede fracasar, como no podría hacerlo la Ley de Newton. Porque la Ley, la tendencia inexorable a la agudización de las contradicciones de clase que crea la acumulación en cada vez menos manos de la riqueza mundial y el consiguiente empobrecimiento de la mayoría, aboca indefectiblemente a la lucha y a la superación del propio sistema capitalista.
Ha podido haber, eso sí, intentos fallidos, como los hay exitosos y plenamente vigentes. Con todo, otras experiencias sustituirán a las anteriores y, desde luego, toda vuelta al sistema capitalista (Véase Rusia) no es sino una catastrofe humana de fácil comprobación.
No se conoce otra alternativa mejor que el socialismo porque no hay otra justicia posible en este mundo que la de dar a cada uno lo suyo y eso es algo que, sencillamente, no tiene otro nombre que socialismo.

Para contactar con EHK escribir a:
Apdo Correos 3178 Donosti.
euskal-h-k@bigfoot.com